DISCAPACIDAD Y BDSM (2)

DISCAPACIDAD Y BDSM

Algunas reflexiones sobre diversidad funcional y el consenso de relaciones BDSM. (1)
– La discapacidad como objeto de deseo (2)

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La discapacidad como objeto de deseo

Ilustración de J. Willie tomada de “Best
of Bizarre”, ed. Taschen (2001)

Aunque posiblemente no es un tema directamente BDSM, existe una relación entre la discapacidad y el erotismo o la sexualidad que no quería dejar de mencionar, aunque fuera sólo brevemente. Se trata de cuando la discapacidad y sus objetos y símbolos relacionados se convierten en fetiche.

Pesonalmente, sí creo que el BDSM tiene mucho que ver con el fetichismo, aunque no conste con sigla propia en el acrónimo BDSM. Al fin y al cabo la gran mayoría de los practicantes de BDSM disfrutamos, y mucho, de ciertas manías en cuanto a la ropa, el cuero, la goma (el rubberismo es todo un mundo, extremadamente llamativo e interesante), los zapatos de tacón, la ropa militar o de referencias religiosas… cada cual las suyas. Una buena fiesta BDSM, aunque no se haya convocado como específicamente fetichista, siempre está llena de imágenes sensoriales de lo más sugerentes; auténticos espectáculos para la vista, el olor del cuero, el tacto del latex… Lo fetish forma parte de nuestros pequeños placeres.

Desde ese punto de vista, lo mismo dará que sea un fetichismo por los zapatos de tacón, o un fetichismo por las prótesis ortopédicas. Y tampoco es tan raro que grupos BDSM organicen eventos precisamente ambientados en estas estéticas; que se lo digan a El Nido del Escorpión[1], por ejemplo, que alguna velada ha celebrado.

Siguiendo los textos clínicos, esos que a veces tanto aborrecemos, encontramos algunas palabras para definir de forma profesional y específica estos asuntos: el nombre oficial de la atracción por aparatos ortopédicos es abasiofilia, apotemnofilia sería el deseo de tener un miembro amputado y acrotomofilia la atracción por personas con discapacidades, amputaciones o lesiones.

Devotee, pretender, wannabe (DPW)… son  en cambio los términos generales que se usan habitualmente para definir a quienes se sienten atraídos por la discapacidad desde una perspectiva, en principio, más cómoda de pronunciar y menos estigmatizante. Estos términos a su vez hacen referencia a tres posturas diferentes:

Devotee o devoto (también se puede encontrar escrito como devote y devotte) es aquella persona que siente una especial devoción por quienes tienen características discapacitantes o carecen de algún miembro. Obtiene placer al relacionarse sexual o indirectamente con personas con discapacidad.

Pretender es aquel que tiene como objetivo el identificarse, aunque sea de forma simulada, con la discapacidad. Su fuente de placer no está en relacionarse con la discapacidad, sino en vivirla. Para ello utiliza prótesis, sillas de ruedas, muletas, escayolas… Si el BDSM supone una teatralización de la violencia, el pretender teatraliza la discapacidad.[2]

Wannabe en cambio es aquel que lleva su deseo de identificación más allá de la simulación, busca la experiencia real, y para ello realiza sobre sí mismo una transformación activa.

A estos grupos a veces se añade un cuarto denominado admirer, que sería aquel que coloca a la persona con discapacidad en un pedestral, admirándola por su capacidad de superación, como ejemplo idealizado de lucha y fuerza personal.

Tanto el fenómeno devote como el wannabe están documentados desde hace más de un siglo. Por supuesto, ambos estaban hasta ahora estigmatizados como trastornos psicosexuales. Hoy en día, gracias a la gran difusión de información y posibilidades de encuentro entre iguales que supone internet, y los nuevos planteamientos sobre la conducta sexual humana y las elecciones sexuales libres y conscientes, se está abriendo poco a poco la perspectiva sobre estas atracciones y experiencias, más allá de la casilla de la parafilia.

Más allá de lo comprensible o no que nos resulte a cada uno este tipo de atracciones y deseos de identificación (cosa que ya queda en el marco de la inteligencia y empatía de cada cual y su capacidad para respetar los intereses y necesidades de los demás), es el caso del wannabe el que más dudas suele plantear. Al fin y al cabo el sentirse atraído por unas cosas u otras, incluso desde el punto de vista de los profesionales de la psicología y la psiquiatría, no se considera realmente parafilia[3] mientras no suponga un problema que impida el normal desarrollo de la vida laboral, social y familiar del sujeto ni le cause un severo malestar, o suponga acoso, espionaje, invasión no consentida, etc. para la otra parte. Osea, que ser un devotee o un pretender puede ser simplemente un interés como cualquier otro, una preferencia de carácter personal.

Pero cuando hablamos del wannabe la cosa se complica. ¿Es sensato desear modificar el propio cuerpo persiguiendo una discapacidad? ¿Hasta qué punto se puede decir de alguien que está mentalmente sano si aspira a una amputación?… Bueno, yo no voy a contestar estas cuestiones. Tengo mis reservas, lo reconozco, pero la linea que separa una modificación corporal aceptable de lo que ya sería excesivo es muy difusa, y no voy a ser yo quien la señale. Existen los piercings, tatuajes, brandings y escariaciones, implantes de silicona,… incluso hay quien se pone cuernos, se inserta bolitas bajo la piel, se divide la lengua en dos y se talla los dientes. Y quien se opera su “normal anatomía” buscando una transformación más radical, como aumentar unos centímetros su altura o cambiar de sexo…

“Ustedes quizá no puedan comprenderme, pero es así: deseo ser discapacitada. Mi ideal sería ser parapléjica, pero para serles franca me conformaría con mucho menos. Una leve cojera, por ejemplo. Lo que fuese para aliviar un poco esta sensación de estar en un cuerpo que no me pertenece.”

El anterior párrafo corresponde a un fragmento extraido de una carta escrita por una chica que desea ser discapacitada, publicada en “El fetiche diferente”[4]. En dicho texto se habla del wannabe-parafilia y de la posición de algunas personas discapacitadas ante estos fenómenos, y se recogen varios casos de devotes y wannabes, unos con más éxito que otros, (algunos incluso acaban en boda).

También en el ensayo «Devotte, Discapacidad y Sexualidad»[5] de Silvia Mirta Valor, se recoge la experiencia de varias personas y su posicionamiento ante la sexualidad y la diversidad funcional. Algunas son personas con discapacidad, otras son personas que han mantenido o mantienen relaciones sexuales y psicoafectivas con personas con discapacidad. Entre estas últimas, las hay quienes se identifican como devotes y quienes nunca se vieron a sí mismos como tales.


Imagen tomada del blog “Mitología de la Discapacidad Especial”

En general, las personas con diversidad funcional se encuentran divididas ante estos fenómemos. Hay quien considera que los devotes cosifican y utilizan a la persona, anteponiendo la discapacidad ante todo lo demás, y quienes ven en estos intereses una oportunidad de encuentro entre partes complementarias.

Al final, como casi todo en esta vida, se reduce a la capacidad de ver más allá de las etiquetas y, además del motivo de atracción inicial, saber encontrar y valorar a la persona por delante del objeto/circustancia que de ella nos atrae.

Volviendo a una perspectiva más amena, hay un artículo muy atractivo de Josep Lapidario publicado en Jot Down sobre la erótica de la discapacidad, “Belleza herida: reflexiones sobre el erotismo médico”[6]. En él se mencionan algunos artistas que han desarrollado trabajos de fotografía sobre este tema, como Romain Slocombe o Helmut Newton, así como algunas menciones cinematográficas a películas como por ejemplo Crash, film del que el propio director dijo que era una “película peligrosa” porque “violenta la comprensión del erotismo que posee la gente”.[7] En esta película la excitación de los protagonistas nace de la cercanía a la muerte, los accidentes de tráfico, el contacto físico con prótesis, metales, cicatrices y heridas…

Otra perspectiva sobre el fetichismo por objetos y circustancias relacionadas con la discapacidad, que no quiero dejar de mencionar aunque sólo sea como puntito final de este artículo, es la atracción por el miembro ausente. A este tema se dedica el capítulo IV del libro “En brazos de la mujer fetiche”, definiéndolo como teratofilia (aunque en realidad “terato” se refiere a la deformidad o monstruosidad) en su caso girando en torno a la novela de Galdós y película de Buñuel “Tristana”.

“¡Ah, la pierna cortada de Tristana!”[8]

 

Planteaba al principio de esta sección que puede que no sea muy BDSM este tema… pero tal vez, al final, sí tenga más puntos de intersección con el BDSM de lo que en pricipio pudiéramos pensar.

Y por otro lado, nada impide que un devotee y una persona con discapacidad puedan a su vez ser practicantes de BDSM, o que una sesión de BDSM médical no sume puntos con una puesta en escena digna del mejor de los pretenders

Yo, que no estoy especialmente interesada en el sado médical ni en la estética hospitalaria, estoy segura de que sin duda disfrutaría una velada bien montada de Belleza Herida. ¿Por qué no?

lena{DR}

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[2] Teatralizar no hace referencia a la falta de rigor o seriedad con que se lo tomen los participantes, ni a la intensidad de las prácticas, sino la diferencia entre estas prácticas y un evento violento real no consensuado o, en este caso, una discapacidad o mutilación real.

[3] En “BDSM vs Parafilia”, nº1 de Cuadernos, Tanque_72 ya aclaraba esto, y posteriormente se ha insistido en muchos textos y debates. Aún así, con frecuencia se repite la idea equivocada de que los profesionales de la salud mental consideran a los practicantes de BDSM, simplemente por serlo, enfermos o parafílicos. Cosa que no es cierta.  https://sites.google.com/site/cuadernosbdsm/Home/CBDSM1.pdf

[4] “El fetiche diferente” Por Pablo “Willy” Galfré. Esta nota fue publicada el 6 de abril de 2008, en la Revista C, del diario Crítica de la Argentina.

http://www.sexovida.com/clinica/fetiche_diferente.htm

[7] Cine Erótico, editorial Taschen (2005). Capítulo “Perversiones, fetichismo y blasfemia”

[8] Comentario del director de cine Hitchock recogido en el capítulo “TERATOFILIA. La ausencia omnipresente. Fetichismo del pie y teratofilia en Tristana del libro “En Brazos de la Mujer Fetiche”, Lucía Etxebarría y Sonia Núñez Puente, ed. Destino (2002).

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Fragmento del artículo «DISCAPACIDAD Y BDSM. Algunas reflexiones sobre la diversidad funcional y el consenso de relaciones BDSM. La discapacidad como objeto de deseo» de lena{DR}, publicado en CuadernosBDSM nº20 (febrero 2013)

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Referencias:

 

BDSM y diversidad funcional:

Aging and Your BDSM Relationship: Growing Old and Enjoying Your Kink”, Caged Heart (2006)
http://voices.yahoo.com/aging-bdsm-relationship-growing-old-enjoying-60456.html?cat=41

“BDSM y la edad adulta: Envejecer y seguir disfrutando los placeres de la perversión” traducción de “Aging and Your BDSM Relationship: Growing Old and Enjoying Your Kink” al castellano por Christopher ACH
http://parejaasmdp.blogspot.com.es/2012/12/bdsm-y-la-edad-adulta-envejecer-y.html?zx=153eab59b6af7439

“BDSM Education- Tips For Those Disabled/Handicapped”, Electric Switch
http://trisoc.wordpress.com/2011/01/15/bdsm-and-persons-with-disabilities/

BDSM For Those Who Are Disabled”,  Raven Shadowborne (1998)
http://www.leathernroses.com/generalbdsm/ravendisabilities.htm

“BDSM para personas con discapacidades” Traducción de “BDSM For Those Who Are Disabled” al castellano por tara{STm} http://www.leathernroses.com/spanish/disabilitiesspanish.htm

«Deaf & Dumb: stereotyping disorder, impairment, disability, and handicap«, Ryn Gibbs (1999)
http://www.gibbs.net.au/ryn/about/writing/bdsm-disability.html

“El lado oscuro del BDSM: Las relaciones destructivas”, Felina  (2011)
http://cuadernosbdsm.sadomania.net/cuadernos/CBDSMESPECIAL-02.pdf

 “Handicapped en BDSM”, Mistress Steel  http://www.seekers.org.uk/disabled.htm

 “Our Disability”, MG & cleo} (2007) http://www.seekers.org.uk/disabled.htm

 «Pregnancy & Bondage», Autumn  http://www.leathernroses.com/generalbdsm/autumnpregnancy.htm

“Pregnancy and BDSM”, Hans Meijer  http://www.leathernroses.com/generalbdsm/powereroticspregnancy.htm

 

La discapacidad como objeto de deseo:

“Belleza herida: reflexiones sobre el erotismo médico”, Josep Lapidario. Revista Jot Down
http://www.jotdown.es/2011/09/belleza-herida-reflexiones-sobre-el-erotismo-medico

“Cine Erótico”, editorial Taschen (2005). Capítulo “Perversiones, fetichismo y blasfemia”

“Devotee y wanabee, el nuevo tabú sexual”, revista El Cisne
http://www.anundis.com/forum/topics/devotee-y-wannabe-el-nuevo

«Devotte, Discapacidad y Sexualidad». Ensayo. Silvia Mirta Valori (2012)
http://elblogdesilviamirtavalori.blogspot.com.es/2012/03/devotte-discapacidad-y-sexualidad.html

“En Brazos de la Mujer Fetiche”, Lucía Etxebarría y Sonia Núñez Puente, ed. Destino (2002).

8 comentarios en «DISCAPACIDAD Y BDSM (2)»

  1. Encontre este material y blog en una revista y pues se que es algo viejo, ojala el blog todavia este activo. Gracias por este material y este tema que es tan poco tratado en la sociedad y en general. Ya siendo 6 años mas y con el tema de la sexualidad cada vez mas accesible aun asi es un tema muy duro cuando tienes ahora si que el triple tabu… de la discapacidad, una sexualidad diferente y para terminar con gustos muy peliculares. En este post creo que falto hacer un poco de enfasis que precisamente en el BDSM puede existir o florecer una nueva forma de ver la sexualidad mas alla de un contacto genital, las parafilias no solo de la propia discapacidad sino como del tipo de ropa, las partes del cuerpo las cuales incluso pueden denotarse tambien como un objetivo de orgasmo.

    Personalmente yo que naci con una discapacidad bastante fuerte y sigo siendo virgen aunado a una condicion de sexualidad ambigua y se puede decir que soy homosexual y aun con gustos muy particulares como esto del mundo del BDSM y parafilias es muy primordial conocerlo gracias.

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