El BDSM como terapia

Una de las cosas que escuchamos o leemos de forma más o menos cíclica es la idea del concepto del BDSM como terapia curativa. En apoyo a esta idea, se cita la película “The Secretary”, en la que la protagonista padece un serio transtorno de la autoestima utilizando como vía de escape la autolesión y que, finalmente termina encauzando y controlando ese trastorno mediante una relación BDSM.

También se argumenta la gran contribución que en nuestras vidas realiza el BDM. Y en cierta forma parece algo plausible que pueda ser así viéndolo desde un punto de vista ajeno a la Psicología, pues quien más y quien menos hemos leído o visto películas en las que aparecen terapias basadas en la exposición o la teatralización del paciente ante determinados hechos u objetos. Confieso que yo mismo en el pasado he llegado a pensar y acariciar la posibilidad de que determinadas situaciones de maltrato pudiesen tener una solución encauzando esa relación hacien un BDSM correcto. Hoy rechazo frontalmente tal cosa.

Albergo muy serias dudas acerca del uso del BDSM como terapia, básicamente por que creo que el origen de los problemas que se señalan como de posible utilización de la misma es muy diferente al origen del impulso e instintos de quienes practicamos BDSM.

No creo que una persona en la situación que se refleja en “The Secretary” pudiese evolucionar favorablemente dentro de una relación como la que se da en la película: casi con total seguridad, su autoestima se habría acabado minando más y más y su dependencia de la otra parte habría ido siendo cada vez más patológica. Y las razones y dinámicas que se dan en las relaciones de maltrato nada tienen que ver con las que se dan en el marco del BDSM. Son violencias distintas: mientras que la violencia del maltrato es destructiva y real, la “violencia en el BDSM” es más una teatralización, una representación cuya finalidad es lúdica. Tengo muy serias dudas acerca de que una persona maltratada en el pasado pueda superar ese hecho mediante la práctica del BDSM: lo más probable es que ésta provoque más mal que bien en la mente de las personas traumatizadas.

Además, hay que tener en cuenta que el BDSM es algo que requiere un buen equilibrio mental, una salud psíquica a prueba de bombas que pueda aportarnos la sensatez necesaria. Y no es la práctica del BDSM lo que nos hace felices, si no el hecho de tener y vivir algo que deseamos, de hacer realidad nuestros sueños y deseos, del mismo modo que una persona homosexual no es feliz por ser homosexual, sino por el hecho de poder vivir según sus necesidades, sueños y deseos, para así desarrollarse plenamente como ser humano.

Tal vez, en manos de un Psicólogo experto en este tipo de terapias, conocedor del mundo BDSM, y de forma ocasional y puntual pudiese aplicar alguna técnica utilizada en el BDSM como terapia, pero eso no creo que sea suficiente para afirmar que el BDSM puede ser “terapéutico”. Pero sólo en manos profesionales.

Y, desde luego, en modo alguno se puede aceptar la idea que algunxs “descerebradxs” esgrimen de utilizar el BDSM para curar a nadie de nada a través del BDSM.

Dragón

3 comentarios en «El BDSM como terapia»

  1. Dudo mucho que el BDSM sea bueno como terapia para una mujer que acaba de sufrir malos tratos. Para empezar, igual esa mujer no es sumisa o si lo es, no lo sabe. En segundo lugar, la madeja mental que reina en su cabeza, hay que desenrollarla antes de iniciarse en un mundo donde todas las sensaciones se viven a flor de piel.

    Ha hablado de la estabilidad psicológica que se precisa para el BDSM, y estoy completamente de acuerdo, es más, creo que muchas buscan en esto la manera de justificar una experiencia traumática y así ver el modo de dar una explicación. A mi modo de ver es un error. Una situación de malos tratos se ha de resolver fuera de aquí, en manos de profesionales como bien ha dicho, con ayuda de los suyos, de los que la quieren, no de un mundo donde al fin y al cabo se espera algo más de ti.

    Sólo con el tiempo, cuando una ha logrado salir, cuando ha aprendido a respetarse y a quererse a sí misma, cuando se ha reconstruido, puede ofrecer si así lo desea, su voluntad de servir. Sólo entonces puede funcionar, y sus nuevas vivencias en el BDSM no sólo la harán sentir plena, sino que harán que su crecimiento sea persistente. El BDSM sano, en manos de Dominantes mayúsculos, es un enorme potenciador de la riqueza personal y de la autoestima.

    Una muy interesante reflexión Dragón, gracias.

  2. Muy respetable tú punto de vista. Pero… Cuál es tu rol? Porque yo como sumisa y masoquista sí que he recurrido al dolor para aliviar el estrés o la ansiedad. No te voy a decir nada nuevo con el dato de que el dolor libera endorfinas. De hecho, la película que relatas es un ejemplo del cutting para relajar. Que es un trastorno? A cualquier cosa le llaman trastorno. La protagonista tiene una situación familiar jodida y eso es lo que le causa la ansiedad. Pero yo misma he jugado con cera de vela sola o con el auto cutting (controlado) cuando he estado estresada, algo descontrolada y demás para centrarme. Y ahora, con Amo, cuando tengo un día malo, ando agitada, irritable y demás sabe bien que si recurre al spank me quedo relajada, centrada y sabe como un guante. Y no creo ser la única a la que le suceda eso. No por ello soy una persona dependiente. Evito totalmente las relaciones tóxicas y el amor romántico tóxico en consecuencia. Simplemente el dolor (sano y controlado) es mi proveedor natural de endorfinas.

    1. Saludos y muchas gracias por compartir su opinión con nosotros.

      Tras leer su opinión, debo decirle que no encuentro contradicciones con la idea que intento plasmar en mi texto. Dice usted que “yo como sumisa y masoquista sí que he recurrido al dolor para aliviar el estrés o la ansiedad”, y no pongo en duda que sea cierto. Y encaja perfectamente con lo que digo:

      “Y no es la práctica del BDSM lo que nos hace felices, si no el hecho de tener y vivir algo que deseamos, de hacer realidad nuestros sueños y deseos, del mismo modo que una persona homosexual no es feliz por ser homosexual, sino por el hecho de poder vivir según sus necesidades, sueños y deseos, para así desarrollarse plenamente como ser humano.”

      Es decir, que los beneficios que a usted le aportan diversas prácticas S/m lo hacen por que es usted sumisa y masoquista. Sin lugar a dudas, habrá millones de personas a quienes aplicarles la misma “medicina” que a usted les causará más daño que beneficio.

      Qué es un trastorno? Bueno, yo diría que un trastorno (en términos de salud mental) es aquello que nos deshabilita como personas, tanto psíquica como física como socialmente. Y es cierto que “a cualquier cosa lo llaman trastorno”, pues el criterio para ello depende mucho de lo que la sociedad señale como tal, y ésta va cambiando de opinión poco a poco: a veces avanzando, otras retrocediendo. Pero siempre habrá algunas pautas que difícilmente se puedan eliminar, como por ejemplo aquellas que puedan involucrar daños a segundas o terceras personas sin consentimiento o aquellas que atenten gravemente contra nuestra propia integridad.

      Hay un dicho: “Cada cual se suicida como quiere” Y es cierto. Podríamos entrar en debates sobre si la sociedad es o no quien para tomar parte en si esta frase es factible o no. Pero en lo que sin duda estaremos siempre de acuerdo es que, mejor que el derecho a suicidarse es no tener nunca razones para hacerlo.

      En cuanto al tema de “los cortes”, al menos desde el punto de vista que nuestra particular forma de ver el mundo nos aporta, pueden ser un trastorno o no. Lo son o lo serían si la causa de ellos se encuentra en un deseo de automutilación (odio al cuerpo) o como una forma de conseguir porcesar el dolor emocional transmutándolo en físico (como en el caso de la protagonista de la película citada). En ambos casos no creo que el BDSM (o S/m) sirva como terapia en absoluto. Más bien la terapia sería enseñar a amar su propio cuerpo en el primer caso y a procesar adecuadamente el dolor emocional en el segundo. Y pueden no serlo si los enmarcamos dentro de los parámetros de nuestras prácticas, si somos capaces de disfrutarlos sin remordimientos, de forma sensata y segura, aunque sea con nuestra particular forma de entender la sensatez. Sin odio o auto-odio y sin que sean necesarios para exorcizar demonios internos.

      En el caso de la película citada, al menos yo entiendo que la protagonista se realiza esos cortes como solución a su dolor emocional, debido a su infelicidad manifiesta y su desadaptación social. Obviando que se trata de una película en la que sucede lo que el guionista quiere que suceda y buscándole una lógica, yo diría que la maravillosa metamorfosis que vive ella se debe a que por fin encuentra su lugar en el mundo y la persona adecuada para estar en él.

      Una última cosa: debido a lo frías que son las comunicaciones escritas, es posible que usted pueda entender que de alguna forma la critico, señalo o juzgo. Nada más lejos de mi intención: por su escrito, entiendo que es usted una persona segura, con las ideas muy claras y con capacidad de controlarse perfectamente, de saber muy bien lo que hace.

      Ah! Y mi rol es AMO… Aunque no veo que tenga relación con esto.

      Atentamente,

      DR.

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