De machistas, castas sumisas y mujeres muy putas.

Estamos en el siglo XXI.

Me van a perdonar que empiece con semejante obviedad, pero es que no parece que muchos lo tengan claro. Estamos en el siglo XXI. Se supone que la lucha por el derecho de la mujer a disfrutar de su sexualidad y hacer con su cuerpo y su vida lo que mejor le parezca debería ser agua pasada. Ya sabemos que el ministro de justicia considera que la mujer-mujer es la que pare, y varias cosillas “sin importancia” similares que ponen muy en tela de juicio la libertad sexual de la mujer ultimamente… y que tampoco era una guerra que pudiéramos dar como muerta y enterrada, incluso antes de estos retrocesos. Pero cuando este tipo de pensamiento retrógrado y castrante dimana desde dentro del colectivo BDSM me parece especialmente patético y sorprendente.

Es PATETICO que en nuestros propios espacios alberguemos una corriente solapada que exige la inhibición sexual de la mujer. Solapada pero tan frecuente y tolerada que no puede considerarse anecdótica. Es PATETICO que amos y sumisas (supongo que amas y sumisos también, pero es que yo he oído/leído más este juicio a los otros) cuelguen la etiqueta de puta a una mujer por tener relaciones sexuales o realizar prácticas SM con quien le salga de las narices cuando mejor le apetezca. Y esto pasa a diario.

Es cierto que hoy me pilla caliente… Acabo de conversar con una amiga a la que alegremente se la ha tildado de puta por decir claro qué busca en un amo y por, mientras lo encuentra, no conformarse con quedarse en la ventana con la trenza colgando en casta espera. Pero me calienta porque llueve sobre mojado, y me parece mentira tanta reincidencia en un tema tan tonto, dentro de este colectivo.

Señores, indepedientemente del rol que voluntariamente en el ejercicio de nuestra libertad adoptemos en las relaciones BDSM, somos mujeres, no patatas. A pesar de esa imagen tan de moda de la sumisa melancólica y asexuada que todo lo hace por y para el amo, pero cuya participación nunca se debe a que ella tenga deseos morbosos, necesidades sexuales y placeres que desea compartir y experimentar,… a pesar de ese tópico tan de blogs y tan mono y romántico, resulta que somos mujeres. Hembras, en el más amplio sentido de la palabra. Personas enteras con muchas facetas que son nuestras y nos definen y completan, entre ellas la sexualidad. No desaparece por ser sumisas o amas a la espera. Ni somos princesitas al estilo de la “sección femenina” de los viejos tiempos, por el hecho de ser sumisas.

Estamos vivas y siento mucho si les parece inapropiado… pero si, somos seres sexuales. Tenemos ganitas de cosas. Y más les voy a decir… TENEMOS TODO EL DERECHO DEL MUNDO A DISFRUTAR NUESTRA SEXUALIDAD Y BUSCAR LO QUE NOS HACE FELICES. No es para nada avergonzante. Lo que resulta vergonzoso es que ustedes, unos y otras, no se partan el brazo por defender ese derecho en vez de ir tirando piedras.

…

Criticar a una mujer libre por con quién o con cuántos va, sea a follar o sea a darse con la fusta, se llama machismo y huele muy pero que muy a rancio. Y cuando la crítica parte de otras mujeres, cosa muy habitual, es doblemente triste.

Criticar a una sumisa por tener muy claro qué quiere y qué busca, y por plantear de forma asertiva estos deseos y necesidades a quien pretende establecer una relación con ella, se llama machismo.

A parte de ser una gilipollez como un piano, porque precisamente, si somos tal como decimos defensores de las prácticas y las relaciones consensuadas basadas en la comunicación y la libre determinación… debería fomentarse que esa fuera la conducta de todos los que participan en nuestra comunidad. Saber MUY BIEN qué buscan, qué quieren y qué necesitan, y saber planteárselo a quienes con ellos se relacionen con claridad y honestidad. Porque la sumisa modesta, pura e inhibida que dice que todo lo hace por su amo y que su placer es el placer del amo y no da muchas más explicaciones… no está aportando a la negociación la información necesaria. Tal vez quede muy mona y muy megasumisa, al estilo de los cuentos bdsmdisney, pero la probabilidad de descubrir luego ya en la marcha que hay incompatibilidades graves y nos demos el trastazo, es bastante grande.

.

Así que me van a perdonar si no soy hoy muy educada, pero miren… es que no me sale de mi femenina voluntad tragar con tanta tontería a estas alturas. Qué le vamos a hacer… Ya sé que en BDSM no es más que un subconjunto de la sociedad en general y como tal hay de todo, como en botica. Y que el hecho de ser un colectivo demonizado por muchos por nuestros intereses y prácticas, no nos cura del vicio de ser tan censores con los demás como nos quejamos que sean con nosotros. Ya sé que el machismo está en todas partes, y aquí también… Pero qué quieren que les diga… al menos por mi parte aprovecho mi rincón para ejercer el derecho a la pataleta y mostrar mi solidaridad.

Al que le parezca mal lo que digo, le autorizo a considerarme en adelante tan puta como la que más. Puta sí, y qué. Como decía una amiga mía: “sí, muy puta, y mi coño lo disfruta”.

Y si pienso así de quienes lanzan el insulto y juzgan de puta a una mujer por hacer lo que le apetezca, no les digo lo que pienso de quienes escuchan/leen y callan. Esto pasaría mucho menos si nos preocupara menos quedar bien ante determinados nombres y nos mojáramos más en ciertas cosas. Que luego bien que vamos presumiento de defender las libertades y exigiendo respeto. Más coherencia, y menos pose.

.

P.D.: mira, hermana sexualmente activa y ejerciente de tu libre voluntad y derecho sobre tu vida y tu cuerpo… Vive tu vida como mejor te parezca, que sólo tú vas a tener que correr con las consecuencias. Y al que no le guste como lo haces, que no se relacione contigo. Saldrás ganando.

lena{DR} (y  Dragon)

.

.