Una de las características del BDSM es el uso de una cierta jerga que le es propia. Generalmente son palabras y términos de uso general, pero que aplicados a nuestro contexto cobran un sentido diferente, en mayor o menor medida, al original. Palabras como castigo, esclavitud (esclavo/a), tortura, disciplina… tienen un significado sensiblemente diferente al que podemos encontrar en los diccionarios comunes.
Lamentablemente, no son pocas las ocasiones en que conceptos y términos no del todo bien definidos dan lugar a malentendidos. A veces, el problema de comunicación surge por la diferencia de concepto que para los interlocutores puede representar un término. Por ejemplo, no es lo mismo sadomasoquismo (=patología) que sadomasoquismo (=práctica BDSM). Otras, el problema surge de ese “pensamiento mágico” que tenemos los seres humanos que nos lleva a llegar a desvirtuar la realidad de un concepto para hacerlo más bello, más mágico ante nuestros propios ojos o ante los de los demás. Y otras, simplemente, para ayudarnos en esa absurda competición de “ser lo más”.
Uno de esos términos de concepto “abstracto” es el de estilo de vida BDSM. No es raro encontrar a muchas personas que sin dudarlo declaran de sí mismos que tienen un estilo de vida BDSM… ¿Pero a qué se refieren? ¿Qué quieren decir con esto? ¿Existe el estilo de vida BDSM? Si es así, ¿cuál es?.
Intentar responder a estas preguntas es el objeto de este artículo.
Pero, antes de comenzar, debo aclararles que no soy profesional de la sociología, ni nada que se asemeje. Tan sólo soy una persona con mucha curiosidad y que encuentra placer al satisfacer sus ansias de conocimiento. Por tanto, el artículo que van a leer es el fruto de mi búsqueda personal de información, mis reflexiones y mis conclusiones intentando responder a las preguntas formuladas más arriba. Mi intención no es convencerles de nada y mucho menos sentar cátedra al respecto. Más bien invitarles a que reflexionen sobre la información que les brindo y obtengan sus propias conclusiones. Tal vez sean éstas las mismas que las obtenidas por mí. Tal vez no, en cuyo caso, les invito a compartirlas con todos nosotros.
En el artículo, he intentado resumir al máximo las ideas y exponerlas de la manera más sencilla posible. Soy consciente de que seguramente encontrarán muchos posibles matices que podrían haberse tratado de una forma más profunda y extensa. Pero de haber hecho tal cosa, no habría servido si no para complicar más la exposición del concepto.
Comenzamos por lo más elemental, la búsqueda de la definición de “estilo de vida”…
DEFINICIÓN DE ESTILO DE VIDA:
Se atribuye a Alfred Adler[1] el acuñamiento del término “estilo vital”, el cual conocemos hoy como “estilo de vida”, influenciado por las teorías de Jan Smuts (filósofo y estadista surafricano), quien defendía que para entender a las personas hay que hacerlo dentro del contexto de su ambiente físico y social, en lugar de hacerlo considerándolas una colección de trozos y piezas. El mismo Adler definía así el concepto de “estilo de vida”:
“El estilo de vida de un árbol es la individualidad de un árbol expresándose y moldeándose en un ambiente. Reconocemos un estilo cuando lo vemos contrapuesto a un fondo diferente del que esperábamos, por lo que somos conscientes entonces de que cada árbol tiene un patrón de vida y no es solo una mera reacción mecánica al ambiente”.
Para Adler, el estilo de vida era pues la forma en cómo cada individuo vive su vida, la forma en que maneja sus problemas y las relaciones con los demás. De esta manera, podemos distinguir a los individuos según cual sea su visión del mundo, los objetivos que se imponen, así como en función del modo en que organizan su vida cotidiana dentro de un contexto social.
En las páginas de la Wikipedia en español, podemos encontrar esta definición de “estilo de vida” desde el punto de vista sociológico:
“En sociología, un estilo de vida es la manera en que vive una persona (o un grupo de personas). Esto incluye la forma de las relaciones personales, del consumo, de la hospitalidad, y la forma de vestir. Una forma de vida típicamente también refleja las actitudes, los valores o la visión del mundo de un individuo.
Tener una «forma de vida específica» implica una opción consciente o inconsciente entre un sistema de comportamientos y de algunos otros sistemas de comportamientos.
La primera vez que apareció el concepto de «estilo de vida» fue en 1939 (las generaciones anteriores pudieron no haber necesitado este concepto porque no era significativo al ser las sociedades relativamente homogéneas). Alvin Toffler predijo una explosión de los estilos de vida (denominados «subculturas») debido al incremento de la diversidad de las sociedades postindustriales. Jeremy Rifkin en la ‘construcción de la edad moderna’ de su libro El sueño europeo, describe el estilo de vida y la vida cotidiana en Europa y Estados Unidos; en las épocas históricas, en las actuales y en la llegada de la era global, después del individualismo y el comunitarismo. Pierre Bourdieu centra su teoría en el concepto de habitus entendido como esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición social. El habitus hace que personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos.” [2]
De la versión en inglés de la Wikipedia[3], traducimos:
» Un estilo de vida es un sistema de comportamientos que tiene sentido en sí mismo y para los demás dentro de un tiempo y lugar, esto incluye la forma de las relaciones personales, consumo, entretenimiento y vestir. Los comportamientos y prácticas dentro de un estilo de vida son una mezcla de hábitos, formas convencionales de hacer las cosas y acciones razonadas»
» La forma de vida también refleja las actitudes, los valores o la visión del mundo de un individuo. Por lo tanto, un estilo de vida es un medio de forjar un sentido del sí mismo y de símbolos culturales que ayudan a crear una identidad personal. No todos los aspectos de «estilo de vida» son totalmente voluntarios. El entorno social y tecnológico del individuo, pueden limitar las opciones de estilo de vida disponibles y los símbolos que él / ella es capaz de proyectar a los demás y a sí mismo.”
En los textos anteriores, vemos que aparece un concepto ligado al de “estilo de vida”: Subcultura. Veamos qué es, recurriendo de nuevo a la Wikipedia…
“Subcultura» se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte. Se trata, pues, de un término partitivo no peyorativo. Toda subcultura implica un sistema de normas y valores de cierta autonomía, aunque sin desligarse de la cultura global. Podemos hablar de la subcultura católica o gitana, de la subcultura juvenil o campesina, de la subcultura criminal o musical, ello no significa en absoluto anormalidad, agresividad o enfrentamiento a la sociedad, propios de la contracultura (Cfr. J. M. Yinger T. Roszak). M. M. Gordon («The Concept of the Subculture and its Application», Social Forces, vol. 26, 1947, pg. 40) definió así el término: «Subdivisión de la cultura nacional, compuesta de una combinación de situaciones sociales, tales como de status de clase, transfondo técnico, residencia regional, rural o urbana y afiliación religiosa, aunque formando en su combinación una unidad de funcionamiento dotada de un impacto integrado en los individuos participantes»
(…)
“Una cultura es frecuentemente asociada a personas de todas las edades y clases sociales que poseen preferencias comunes en el entretenimiento, en el significado de ciertos símbolos utilizados y en el uso de los medios sociales de comunicación y del lenguaje. En ese sentido se dice también que las corporaciones, las sectas, y muchos otros grupos o segmentos de la sociedad, con diferentes y numerosos componentes de la cultura simbólica o no material pueden ser observados y estudiados como subculturas.” [4]
SÍNTESIS:
A la vista de las definiciones anteriores, podríamos sintetizar el “estilo de vida” como la forma en que la vivimos, con patrones de comportamiento identificables nacidos de la interacción del individuo con la sociedad. Estos patrones de comportamiento se manifiestan de forma material (vestuario, vivienda, alimentación…), en las relaciones sociales (amistades, familia, asociaciones, trabajo, ocio…) y en el plano ideológico (filosofía, ideas, valores, creencias…). Asimismo, podemos observar que a nivel colectivo todos estos patrones de comportamiento constituyen una subcultura, la del BDSM, que posee una identidad propia que se superpone a la cultura dominante y que se manifiesta a través de símbolos, normas, ideología, creencias, relaciones, formas de entretenimiento, jerga, etc.
Por tanto, podríamos definir como “Estilo de vida BDSM”, aquel en el que el individuo participa en mayor o menor medida de la subcultura BDSM:
– Estructurando sus relaciones sociales en función de sus intereses: Amistades, familia, asociaciones, redes sociales, clubs, celebraciones…
– Invirtiendo tiempo y medios en la realización de estos intereses: Adquisición de libros, revistas, instrumentos específicos, espacios, locales, eventos, talleres…
– Compartiendo y asumiendo creencias e ideas propios de la subcultura BDSM.
Es importante señalar aquí que estos patrones no son únicos, ni excluyentes de otros posibles, así como tampoco son indicativos de grado alguno. No podemos, por ejemplo, fijar un nivel mínimo de gasto de recursos o de amistades como indicativos de “estilo de vida”. Otro factor a destacar es el hecho de que “vivir” un estilo de vida determinado (por ejemplo, el nuestro) no es excluyente de otros estilos de vida. Cabe también señalar aquí que adoptar un determinado estilo de vida puede ser tanto una opción consciente y voluntaria como no serlo.
Estilo de vida Saludable / no saludable:
Desde el punto de vista de la forma en que nos afecta vivir un determinado estilo de vida, éstos se clasifican en saludables o no saludables. Por ejemplo, ser drogadicto o alcohólico puede implicar un determinado estilo de vida, pero éste sería un estilo de vida no saludable. Hacer ejercicio y cuidar nuestra alimentación pueden implicar un estilo de vida saludable, siempre y cuando se haga de forma sensata. Por ejemplo, obsesionarse en exceso por una alimentación sana puede derivar en un trastorno obsesivo-compulsivo denominado “ortorexia” [5].
Un buen ejemplo de estilo de vida, en este caso no saludable, lo podemos encontrar entre las personas aquejadas de anorexia nerviosa[6]. Desde el punto de vista de las definiciones de estilo de vida y de subcultura reúnen todos los requisitos:
– Estructuran sus relaciones sociales en función de sus intereses…
– Invierten tiempo y medios en la realización de los mismos…
– Comparten y asumen creencias que les son propias…
Sin embargo, es fácil entender lo poco saludable que es éste estilo de vida, el cual pone en muy grave riesgo a la persona que “lo vive”.
La línea que separa los estilos de vida saludables de los no saludables la marca la forma en que éstos afectan al individuo y su relación con el resto de la sociedad. Estilos de vida que, en principio pueden parecer saludables a nivel individual pueden no serlo si, por ejemplo:
– Nos impiden la normal relación con el resto de la sociedad (por ej. Obsesionándonos).
– Dedicamos a ello tiempo, medios y recursos más allá de nuestras posibilidades.
– Nos causan problemas de salud.
– Nos causan infelicidad, sufrimientos, etc.
– …
También, y directamente relacionado con el “colectivo”, las ideas y creencias que le son propias al estilo de vida concreto, esto es, la filosofía del mismo, pueden hacer que éste sea “no saludable”.
Estilo de vida BDSM Saludable:
Llegados a éste punto, creo que ya tenemos las herramientas suficientes para poder intentar definir cuál sería el estilo de vida BDSM saludable…
El estilo de vida BDSM saludable es aquel que:
– No interfiere en nuestra relación con la sociedad (familia, trabajo, amistades…).
– No nos causa problemas de salud (psíquica/física/social).
– Contribuye a nuestro bienestar y felicidad.
Estos puntos, así como todos aquellos que de ellos puedan derivar, son fáciles de entender. Sin embargo, hay otro aspecto más que puede marcar la diferencia entre saludable / no saludable: La filosofía BDSM, entendiendo ésta como “la manera de pensar o ver las cosas”. Veámoslo.
Filosofía BDSM:
A pesar de que circula mucho pensamiento mágico acerca de lo que es el BDSM y la filosofía del mismo, lo cierto es que el BDSM no es más que una forma de relación entre dos (o más) personas que de forma libre y consensuada deciden establecerla. Ésta relación se caracteriza por que los implicados acuerdan que se desarrolle de forma asimétrica en términos de poder, asumiendo cada cual desde la igualdad y por un tiempo indeterminado, el rol de Dominante o dominado (Activo / pasivo).
No forman parte de la filosofía BDSM aquellas ideas cuya base proceda de planteamientos de supremacía de un sexo, raza, clase o cualquier otra condición sobre otros/as, las cuales se sitúan más dentro del campo del maltrato, racismo, discriminación, etc. que son ampliamente rechazadas por la subcultura BDSM. Los roles BDSM son elegidos por cada individuo de forma libre, independientemente de cual sea su condición.
Naturalmente, ésta es una simple aproximación a la filosofía del BDSM. Si desean leer más acerca de ella, les recomiendo que lean, por ejemplo el “Manifiesto del Día Internacional BDSM” de la Escuela de Cibersumisas publicado en el nº 2 de Cuadernos de BDSM[7]. Es interesante que también lean el Especial nº 2 de Cuadernos de BDSM, “El lado oscuro del BDSM: Las relaciones destructivas”[8], de la señorita Felina a fin de obtener conocimientos para discernir entre BDSM y otros conceptos ajenos al mismo. Y, finalmente les recomiendo también la lectura del artículo “Diez preguntas sobre BDSM” de el Sr. WhipMaster, publicado en el Cuadernos de BDSM nº 15[9].
Mis Conclusiones:
Al inicio de éste artículo, me formulaba las siguientes cuestiones acerca del término Estilo de vida BDSM: “¿Pero a qué se refieren? ¿Qué quieren decir con esto? ¿Existe el estilo de vida BDSM? Si es así, ¿cuál es?”. Finalmente, considero que ya puedo darme una respuesta.
Al manifestar que tenemos un estilo de vida BDSM, nos estamos refiriendo a que dedicamos tiempo y recursos al BDSM. Que estructuramos nuestras relaciones en torno al mismo en mayor o menor medida. Que participamos de la subcultura BDSM a través de sus múltiples manifestaciones y que compartimos unas creencias que le son propias. Que existe un estilo de vida BDSM saludable y que éste es una forma de relación en la que los implicados asumen, de forma libre y consensuada, que la misma discurra dentro de una asimetría de poder sin que esto perjudique su interacción con la sociedad de la cultura dominante. Y, sobre todo, que el estilo de vida BDSM no implica en absoluto vivir una “Historia de Ô”.
Dragón
Simplemente perfecto. Ahora se donde remitir a los que siempre están listos para juzgarnos cuando decimos que vivimos este estilo de vida tildándonos de presuntuosos por usar ese término. Graciassssss
Saludos Sr Dragon, lena{DR} y laia{DR}