Hablábamos hace ya un tiempo de BDSM y sentimientos. En aquella ocasión, cuestionábamos el tema de que el amor y el BDSM no pueden darse simultáneamente. Hoy vamos a tratar la opinión contraria:
“Sin Amor, no hay BDSM”
Esta y otras afirmaciones similares son tan falsas como la del escrito anterior. Y es que los sentimientos nada tienen que ver con el BDSM y/o sus prácticas. Por supuesto, esto no quita que, ante él y/o ante ellas tengamos – o no – sentimientos. Pero éstos son una experiencia íntima, personal e intransferible: no afectan en nada al “objeto” (BDSM).
En realidad, en este caso estamos ante capas y capas de educación moral católica. Aquello de que no está bien “follar” por placer y de sentimientos de culpabilidad por ello.
Por tanto, quienes hacen este tipo de afirmaciones, hablan más de sí mismos que de algo que en realidad afecte al BDSM. Ni siquiera sirve la excusa de que con “Amor es mejor” o se es más feliz, por que eso depende de los deseos de realización personal de cada cual.
Y, por supuesto, no necesariamente los sentimientos que pueden movernos a mantener una relación o a practicar BDSM con otra/s personas tienen que ser amorosos. El motor puede ser perfectamente la admiración, el simple morbo o cualquier otro.
DR.
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