Hace unos días, cuando hablábamos del Museo del Calzado de Elda, comentábamos el premio que anualmente otorgan en memoria de nuestro gran maestro Luis García Berlanga, de quien decíamos que fue fetichista declarado, amante del S&m y de las cuerdas… Si nos permiten, nos gustaría escribir algunas líneas acerca de ésto, cuando tristemente acaba de cumplirse un año desde que nos dejó… Les recomendamos que, además de leer éste texto, aprovechen para visitar y leer cada uno de los hipervínculos que les ofrecemos.
En principio, viendo su filmografía resultaría bastante difícil concluir las fantasías o inclinaciones de este gran genio del cine español, aunque algunos de sus berlanguianos personajes mostrasen claros intereses fetichistas (véase La Escopeta Nacional, por ejemplo). Quizá, la única película que puede mostrar algunas trazas de ello sería “Tamaño natural”, en la que el protagonista se enamora de un maniquí. Como curiosidad, comentaba que durante el rodaje de la película la muñeca “desaparecía misteriosamente” de vez en cuando…
Pero si en su filmografía no se puede encontrar nada concluyente, sí se puede en sus numerosas declaraciones y entrevistas, en las que no ocultaba sus inclinaciones. Veamos algunos ejemplos.
En una entrevista del Centro Virtual Cervantes, sobre Buñuel y la relación con él, decía Berlanga:
“(…) Yo tengo fetichismo también del pie y del zapato femeninos, no así de las botas. Las botas me eliminan la parte femenina, la parte femenina de seducción. El botín sugiere siempre una dominación del hombre por la mujer.”
En el libro “100 Españoles y el sexo” (David Barbra, Plaza&Janés, 2009) contaba Berlanga sobre los posibles inicios de su interés:
“Yo no sé de dónde me viene esta pulsión erótica, pero es muy probable que mi madre tenga alguna responsabilidad en ella. Cuando era niño, se reunía con sus amigas alrededor de una mesa camilla. Yo me escondía debajo y me pasaba la tarde viendo medias y zapatos. Nada se veía más allá de unos tobillos a menudo inflamados por las caminatas o las estrecheces masoquistas de la hebilla. Pensándolo bien, el calzado que usaban era horroroso. Pero a mi me ponía muy cachondo. También deben haberme influido mis lecturas de los libros de los jesuitas, de los mártiles, de todo ese mundo de la Inquisición, de los santos a quienes asaban en una parrilla… Recuerdo cosas concretas: una portada de la Biblioteca Oro de la editorial Juventud, que hacía novelas del Oeste y policíacas. Era un dibujo de Bosch, un dibujante catalán estupendo. Aparecía una chica atada, con unos tacones fenomenales. Yo tenía doce años, y aquella imagen me marcó para siempre. En mi casa también comprábamos una revista americana llamada Detective, que trataba de crímenes e investigadores. Aparecían fotos de mujeres a las que habían detenido y esposado. Las recortaba y las guardaba. Así que, obsesionado con todas esas imágenes, enseguida comencé a atar a la gente. En los jesuitas, todos éramos de sexo masculino. Jugábamos a los indios y a mí me gustaba mucho hacer prisioneros. Sólo coincidíamos con las chicas en los recreos, y allí aprovechaba para atar a todas las que podía.”
De él decía el director Bigas Luna:
“Berlanga fue de los primeros en España en declararse amante del fetichismo y del sadomasoquismo sin tapujos y sin miedo de que le tacharan de guarro. Recuerdo una entrevista suya en la que decía que el más perfecto de todos los encuentros de pareja era el sadomasoquista porque necesita un guión, escenografía, vestuario, puesta en escena y confianza entre las partes… Lo veía algo ritual, como la construcción de una ceremonia.”
Extraemos de una entrevista para el magazine numero 230 de El Mundo lo siguiente:
«(…)La mujer ha conquistado todos los poderes menos el mágico, dentro de lo mágico, para mí lo más importante es la seducción. Porque ya sabrás que yo soy muy fetichista, y sadomasoquista: lo que me gusta es el bondage, o sea atar a las chicas, sin hacerles sangre, soy muy suave. El 20% es la mujer y el 80 su panoplia fetichista, me atraen los taconazos, las medias, los ligueros, los corseletes… todo lo que toca la piel.”
(…)
“P.-Y la pasión, usted que tanto sabe, ¿es siempre destructiva o sólo si es sadomasoquista, o quizás es que todas las pasiones lo son?
R.-Mi pasión no es sólo la de amar, que sí es sadomasoquista, esta ahí y me produce placer. No, la pasión es un drama, una pieza teatral, un relato que vas teniendo en tu cabeza y, claro, no te abandona nunca: siempre hay algo que te arde en la cabeza. Aun así, a mí me cuesta definir mis oscuridades.
P.-¿Usted ha machacado mucho a su mujer?
R.-Sí, naturalmente me ha aguantado mucho, y nunca ha participado de estas rarezas, que son en cierto modo onanistas, o más bien virtuales, porque cuando uno termina su ciclo biológico necesitaría la viagra incluso para el onanismo. Nos hemos aguantado mutuamente. Es muy reducido el censo de los que tenemos estas locuras, aunque luego ves que hay miles de revistas. La gente es muy tenaz en ocultar estas cosas. A mí se me ha ocurrido una solución: igual que antes se utilizaba el lenguaje de los abanicos, podríamos ponernos unas cintitas de color en el pelo que a modo de código de señales descubrieran quién puede darte el placer que necesitas: entras en el hall del Ritz y dos sillas más allá ves a una señora con idéntico color. Sería un gran adelanto en las relaciones sociales, conseguiríamos mucha más felicidad y se aliviaría el miedo de muchas personas. A mí me llaman gilipollas porque no leo lo que están deseando las mujeres. ¿Tú crees que se puede leer? Yo no soy Rappel.”
Algunas frases interesantes de Berlanga:
Pero aún hay más…
Dicen que en el año 1975 rechazó dirigir la película “Historia de O”, la película que sin duda, marca el origen de nuestras fantasías y “protocolos”. Según cuenta Jose María Ponce en su blog, debido a que “(…) la novela de Pauline Rêage -su libro de cabecera- le daba tanto respeto que nunca se atrevió a rodarla(…).”
Además, colaboró bajo seudónimo con algunas revistas de temática Fetichista y Sadomasoquista, como por ejemplo, la Revista Sumissa, en la que llegó a escribir y firmar la editorial del número 50:
«Resulta increíble, aunque satisfactorio, que una revista dedicada íntegramente al SM en este país donde se adoctrina todavía con el coito del misionero haya llegado a su número cincuenta. Es espléndido que SUMISSA se haya convertido en un «clásico» del placer más imaginativo que existe en el juego erótico, el que más acerca a una creatividad escénica, en el que se necesita un «atrezzo» y un escenario junto con un guión no por amoroso menos lúdico.
Esto demuestra que realmente actos que se están persiguiendo todavía por tantos leguleyos y sacristanes tienen sin embargo suficiente número de adeptos para hacer que en vez de prohibidos sean bendecidos. Por lo tanto es una satisfacción para mí ser testigo de este crecimiento de una revista que nos ha enamorado a tantos aficionados y que nos anima a creer que esta forma de entender el amor va a ir conviertiéndose poco a poco en un juego mayoritario aunque, a veces, yo añore la época en que éramos una minoría de «perversos exquisitos».
Por mi parte, ratifico mi placer de pertenecer al equipo que colabora en esta revista y mi deseo de llegar la centenario, sobre todo porque eso significa que mi biología me permitiría disfrutar de esta práctica del amor, que hace disfrutar igual a Amo y esclava y es la única «tortura» placentera que existe.
Y celebraremos en manifestación callejera el número cien, pero esposados los unos a los otros.
Luis García-Berlanga«
También fue Editor de la colección “La Sonrisa Vertical” de la editorial Tusquets durante los años 70, jurado de los premios Tacón de Aguja del FICEB…
Como pueden ver, y haciendo nuestras las palabras de Jose María Ponce, cuando hablamos de Berlanga, hablamos de “Uno de los Nuestros”.
Luis García Berlanga… D.E.P.
.
Felicidades por el artículo. Vengo siguiendo a Berlanga y sus «confesiones» bedesemeras desde hace años y es un artículo muy completo. Sólo echo de menos una entrevista en la que hablaba de su pulsión por abofetear a las mujeres. La posteé en algún sitio y creo que la guardo por algún lado. Si la encuentro, os enviaré la referencia.
Gracias por su respuesta Sr. PANTALEON. Si encuentra la referencia, le agradeceremos mucho que nos la envíe.
Algo que no incluimos tampoco en el artículo, fué una anécdota que contaba el Sr. Berlanga acerca del rodaje de una película en la que consiguieron «engatusar» a un par de turistas para que se dejasen atar en la playa… Si la memoria no nos falla, una vez atadas, el equipo se retiró a comer, dejándolas allí hasta su regreso…
Como siempre, un artículo excelente, enhorabuena por recordar a Berlanga, gracias a él (y a Tusquets) las librerías tienen más de cien títulos de libros dedicados a la érotica en general.
Algunos como «Elogio de la azotania» o el primero de la colección la insólita y gloriosa hazaña del Cipote, o «Memorias de la Cantante Alemana» me parecían fascinantes.
Como editor, Berlanga arriesgó bastante para darnos joyas de literatura erótica en una época muy precaria.
Enhorabuena de nuevo.
oBex
Berlanga…. que frase…. que cosas estoy encontrando aquí….