¿Sumisa o esclava?

¿A quién no le suena este debate? Es uno de los grandes clásicos, ¿verdad? No existe un sólo rincón de la red en el que tarde o temprano no se acabe debatiendo sobre ello… Y, ciertamente, sin que jamás se llegue a ninguna conclusión adecuada, salvo que se acabe recurriendo a la fé.

Y es que éste es uno de los temas que más se presta a la aplicación de la lógica del pensamiento mágico. Se suele recurrir a  explicaciones rayanas en lo mesiánico y en lo dogmático, en los que por norma se suele ensalzar la figura de la esclava como el súmum del súmum (curiosamente, muy, muy rara vez se establece este debate en torno al rol «sumisO o esclavO»… al menos en los foros más generalistas y heterosexuales). Se suelen utilizar argumentos diferenciadores como los siguientes:

«La esclava nace…»

– «La esclava no puede decir NO…»

– «Una sumisa acepta la sumisión, una esclava la obediencia»

– «Son dos maneras de sentir…»

“Sumisa: persona que se somete por voluntad propia y en grado variable a alguien, renunciando a parte de sus libertades.

Esclava: persona que pertenece por voluntad propia a alguien, renunciando a todas sus libertades”.

– (…)

(Permítanme no eternizarme con esto… seguro que han leído ustedes muchas más)

La mayoría de estas explicaciones suelen ser contradictorias, del tipo que matemáticamente se expresaría así: «A+B = 0″, es decir que al final no dicen nada y sólo son palabras hermosas (para quien así las quiera entender). Por ejemplo, sumisión y obediencia son términos ligados y que necesariamente deben ir unidos. Y alguien que «pertenece por voluntad propia… es a la vez alguien que se somete por voluntad propia«… ¿verdad?. Y argumentos como que una esclava no puede decir NO… Bueno, si alguien no puede decir NO, en ese caso no hablamos de BDSM si no de otros términos más bien relacionados con la falta de consenso. Por ello, resulta bastante complicado entender, si es que la hay, la diferencia entre ambos conceptos, sobre todo si añadimos el hecho de que el paso del tiempo acaba demostrando tarde o temprano la insustancialidad de estos argumentos: la superesclava ejemplar, parece que al final sí podía decir «NO» cuando se enteró que su Amo pretendía incluir a otra persona en la relación (por poner un ejemplo) o que la Megaesclavaquetecagaspatabajo ornamentaba la cabeza del Amo con unas graciosas pero increíbles astas que para sí las quisiera un miura…

¿Significa esto que no existen las esclavas en términos BDSM? En absoluto. El problema no está en el objeto, si no en la definición que se le quiere dar. Porque todos los argumentos anteriores pueden ser muy válidos siempre que se encuentren perfectamente acotados dentro de su lugar: la fantasía individual y/o colectiva… Como algo que sirve para alimentar nuestra líbido y nuestra relación, pero sin que jamás pueda servir como algo clasificatorio o diferenciador.

Claves para entender:

A la hora de entender las posibles diferencias entre ambos roles, hay que hacer dos distinciones posibles, sin que por ello una sea mejor que la otra, ni más o menos real o adecuada. Simplemente dependerá de la forma en que cada cual afronte el BDSM.

Primera distinción: Elección de rol.

Ésta es la más sencilla de entender. Se trata simplemente de elegir el rol que más «te pone». Al igual que cuando unx se registra en un foro de BDSM y le aparece un apartado donde dice «Rol» y con él un desplegable con diversas opciones (entre ellas: esclava / sumisa), cada cual elige lo que más le excita, lo que más se parece a sus fantasías. No es menos BDSM, no es mejor ni peor… simplemente es lo que le hace feliz y le pone «berracx».

Segunda distinción: Por la naturaleza de la relación.

Ésta es, tal vez algo más complicada de entender, pero es la que más se aproxima (y en definitiva, la «traducción» al pensamiento crítico de las explicaciones procedentes del pensamiento mágico) a lo que parecen significar muchas de las diferencias citadas. En este caso, la diferencia entre «sumisa» y «esclava» viene marcada por la relación con su/s Dominante/s en términos de CONFIANZA.

Decía Laurence Cornu en «La confianza en las relaciones pedagógicas« que:

«La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.»

Dice la Wikipedia:

«En sociología y psicología social, la confianza es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. La confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones.»

«La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o de algo.»

Así pues, por ejemplo, no se trata de que la «esclava» no pueda decir NO: en realidad es que su propia experiencia en la relación con su Amo le ha demostrado que no tiene, ni tendrá necesidad de decirlo, por que espera y confía que éste actúe siempre de la forma correcta. Sabe a ciencia cierta que puede abandonarse por completo en sus manos. Por supuesto, hablamos de esa confianza real, a la que se llega por experiencia vital compartida, no  esa confianza a priori que más bien lo que define es a una persona temeraria.

Para que esta confianza se desarrolle, requiere de dos cosas: tiempo y relación. Dado que cada ser humano es un universo independiente en cuanto a psique y sentimientos, es imposible indicar cuánto tiempo y qué tipo de relación se requieren para que esta confianza se de. Puede darse en un espacio de tiempo más o menos corto y en una relación estable u ocasional. Sólo es necesario que se de el gérmen de la confianza. Con todo esto, se puede decir que:

«Una esclava es la evolución de una sumisa dentro de una relación.»

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No se puede definir la posible diferencia entre esclava o sumisa en términos de lo que hace o no, de lo que dice o no. No marca diferencia de estatus. No es un rol que se pueda «autoaplicar», pues es la naturaleza de su relación la que lo marca, por lo que necesita de la existencia de un «Amo» en quien depositar esa confianza: sin él, no puede ser esclava. Tampoco es posible ser esclava pese a formar parte de una relación, si ésta no fomenta y alimenta su confianza.

La esclava no tiene necesidad de decir NO por que tanto ella como su dominante se encuentran inmersos en un vals perfectamente coreografiado.

Dragón

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15 comentarios en «¿Sumisa o esclava?»

  1. Me han encantado las acotaciones de Dragón a la eterna discusión sobre cómo definir lo que es una sumisa y una esclava.

    Tras descartar criterios dudosos, introduce un término que creo es fundamental en la aclaración de este dilema: el que quizá la diferencia entre sumisa y esclava venga determinado por la cantidad y la calidad de la CONFIANZA que se establezca entre la persona Dominante y la sumisa y con ello la posibilidad de GRADUALIDAD en la sumisión.

    En casi todos los escritos sobre BDSM que hay en mi blog trato de marcar la diferencia entre sumisa y esclava también utilizando la gradualidad. Parece que a todos nos es difícil saber dónde termina la sumisa y comienza la esclava, pero en lo que todos estamos más o menos de acuerdo es en que:

    La esclava vive (o tiende a vivir) su sumisión a un nivel de mayor GRADO, o si se quiere con más exigencia a sí misma en cuanto a su sumisión, que la sumisa.

    En otras palabras: una esclava es una sumisa en su «más alto grado». Es lo que creo que Dragón quiere expresar cuando dice: “Una esclava es la evolución de una sumisa dentro de una relación.”

    ¿Pero cuando una sumisa empieza a ser esclava? . ¿Dónde está el «mas alto grado»? . Cuando alguien dice «os presento a mi esclava» , está diciendo que lo es según su criterio, pero puede que para otro su esclava no llega ni a sumisa. El «grado» es un criterio de cada uno.

    Para que se dé ese aumento en el grado ha de haber (o según mi criterio debería haberlo) un aumento de CONFIANZA. En mis «100 consejos para elegir tu Amo en la Red» escribo:

    «(87) La esclavitud no debería ser entregada al día siguiente de ser sumisa. Sería señal evidente de que la relación no se toma con seriedad. Entre otras cosas porque la máxima entrega necesita de la máxima confianza, y esta confianza sólo se logra con el conocimiento mutuo que da el tiempo. Además, se trata de una decisión muy importante en la vida de la sumisa que puede tardar meses en ser tomada, a veces necesita años de estrecha convivencia.»

    «Si ésa es tu vocación (la esclavitud), deberías asegurarte de que el Amo que elijas sea digno de esa ofrenda, que sepa valorar lo que vas a ofrecerle, y sobre todo, que te dé la suficiente confianza, porque la entrega total no es posible sin la total confianza.»

    Como muy bien dice Dragón:

    «la diferencia entre “sumisa” y “esclava” viene marcada por la relación con su/s Dominante/s en términos de CONFIANZA»

  2. Me uno a los anteriores comnetarios. Efectivamente, creo que una sumisa llega a convertirse en esclava tras comprender que puede confiar en su amo ciegamente porque él nunca la va a llevar por un sendero que la haga daño. Creo que las relaciones en las que se fuerza a las mujeres no son verdaderamente bdsm y que encierran algo patológico y en muchos casos, criminal: el vulgar maltrato.

    Saludos y gracias por el blog

  3. Muchas gracias por su huella señora Maria (creo que es así… en Pc Me pone un signo de interrogante en lo que supongo es una » i «.

    Sr. Nomar-Tf, un abrazo Amigo!! Y gracias por su visita!!

  4. Estimado Amigo ElFaro:

    Considero que ambas definiciones son lo mismo. Podría decir que el rol correspondiente a la entrega sería una línea recta, a través de la cual se «mueve» la sumisa. Como si fuese por ejemplo un potenciómetro recto… Sería algo así:

    Sumisa—————–X >—————————————— Esclava

    La «X» sería la sumisa «evolucionando» hacia el rol de esclava, pero en realidad sigue siendo lo mismo: sumisión. Conceptualmente, una esclava es una sumisa «profunda». Pero esta definición no Me gusta por que de alguna forma, al hablar de evolución, añadiMos un cierto valor a ello. La atribuíMos una cualidad «de grado» y no creo que se pueda cualificar esto.

    Pienso que es un error hablar de ello diferenciando «grados» o actitudes. Y verdaderamente, da igual si es sumisa o esclava: lo que importa es que su participación en el acto o relación sea satisfactoria para todxs los implicadxs.

    No se puede escoger el rol de esclava en realidad, por que no es una elección. Se puede escoger no ser esclava, pero no se puede escoger serlo. Y ésto es debido a que para ello necesita estar inmersa en una relación, y que ésta fomente la confianza necesaria en la otra parte como para poder abandonarse en sus manos. Es, por tanto, la propia relación la que crea la esclava. No es del todo una cualidad de la mujer, de la persona: es una cualidad de la relación.

    Sí es posible que se pueda tener cierta tendencia a ello, pero no serlo.

    Un símil sería que no se puede ser «casada» sin antes casarse.

    Pero en todo esto, hay trampa:

    Es necesario entender que cuando hablaMos de que la confianza hace a la esclava no se debe entender en términos mágicos: «pos ale, confío plenamente en mi Amo y listo!!». NO. Hay que entenderlo en los términos de la confianza real que describo en el texto.

    Es decir, que la «esclava» no es que se abandone en las manos del Amo por que confíe plenamente en él. Lo hace por que en virtud de esa confianza sabe que si, por ejemplo, ella (la Mujer tras el rol) no le permite ciertas cosas, él las respetará en todo momento:

    “La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.”

    Así, una sumisa va poco a poco adquiriendo experiencia sobre su Amo y ambas partes se van conociendo más y más… Y poco a poco se va produciendo ese avance en la carretera de la sumisión (no pongo camino por que suena demasiado mesiánico).

    En fin… que Me he enrollado demasiado y creo que he liado más las cosas…

    Un abrazo!!

  5. Saludos señorita Ari y bienvenida!! Muchas gracias por dejarnos su opinión. 🙂

    Efectivamente, cree usted bien: Ninguna relación en la que se fuerce a alguien es BDSM. Es directamente maltrato, sin medias tintas.

  6. Y yo por el contrario, no creo sea una evolución natural pasar de sumisa a esclava.
    La primera gusta de obedecer y someterse, la segunda disfruta siendo propiedad del Amo.
    Ambas relaciones deben sin lugar a dudas basarse en la confianza plena.

    Considero también la parte de los límites como diferencia entre una y otra. Al ser esclava ya no tienes límites para con tu Amo. Y no porque pierdas conciencia, sino por que la relación es suficientemente madura y se conocen bien ambos.

    Una esclava sabe bien que al entregarse sin límites el Amo no rebasará aquellos límites morales propios, por tanto una va confiada.

    bococu_AC

  7. La sumisa además de obedecer y someterse, no sólo disfruta también de ser propiedad del Amo, sino que lo es. No creo que sea esa la diferencia.

    Yo no me he considerado esclava, sin embargo tengo una relación de confianza total con mi Amo, vivo con Él y además no tengo límites establecidos a día de hoy.

    Hay una puntualización que me gustaría hacer, y es sobre algo que Dragón ha dicho sobre lo de que es cosa de dos. El Amo debe desear también tener una esclava, y asumir todo lo que ello conlleva, y no todos los Amos desean ese control absoluto de todo lo que respecta a su sumisa. No sé si me he llegado a explicar, la sumisa se somete, obedece, se entrega y pertenece al Amo, pero en verdad es Él el que decide cuánto nivel de entrega espera. ¿Quiere controlar absolutamente todo? ¿Quiere sólo dominar determinados terrenos?

    ¿No es posible que el que la sumisa se convierta en esclava o no dependa de las expectativas de su Amo?

    Gracias por el aporte y los comentarios, muy interesantes reflexiones.

    Un saludo.

  8. BDSM es un juego o un Rol, en tiempo determinado que establecen dos personas no superior a dos horas, cuando se acaba el tiempo juego se termina, ese tipo de práctica no es abuso.

    24/7 ( 24 horas 7 dias a la semana). Es una práctica de abuso porque consiste en la dominación total. La responsabilidad es de quien ejerce ese tipo de dominio sobre alguien, no del sometido.

    24 horas 7 dias, nunca es consentido (la persona se convierte en un esclavo real, algo que es ilegal y perjudicial para la salud). 24/7 es una práctica que se consigue manipulado y a través de un entrenamiento con ese unico fin.

    Ninguna persona que se precie ejerce ese control sobre nadie, puesto que va contra la salud y la libertad de elección de su sumisa. Si alguien solicita ese tipo de control avisar a un profesional que pueda evaluar objetivamente la situación.

    Libertad y salud empiezan por una práctica sana del BDSM. Teniendo en cuenta la protección de las personas antes que cualquier cosa.

    1. Saludos de nuevo, señorita Patrizia:

      Hay un dicho, del que no puedo precisar su procendencia ahora, que dice:

      «Cuando la partida termina, el Rey y el peón regresan a la misma caja»

      Ésta frase se puede aplicar directamente a la práctica y relaciones BDSM. Para que así sean consideradas (BDSM), debe en todo momento ser factible que esto suceda: que Amx/sumisx puedan siempre regresar al rol «Social convencional», o dicho de otro modo, a tratar cualquier asunto de tú a tú (esto tiene muchos matices, por que la realidad es que NUNCA debe de dejarse de relacionarse «de tú a tú», por mucho que lo vistamos con florituras… pero de esto, prometo escribir en el futuro). Acepto y defiendo que el BDSM es un Juego de Rol, algo lúdico. Pero que en sí mismo conlleva matices que lo diferencian del juego como «broma». En torno al BDSM, se puede construir un «estilo de vida»: Sería un estilo de vida basado en el Juego BDSM. De hecho, a mi entender es así. Sé que esto es difícil de entender: lamentablemente siempre se tropieza con lo mismo; o se entiende como «Estilo de vida» lo que se lee en los relatos (con algún/a descerebrado/a que se empeña en llevarlo a la práctica sin más resultados que JODER a otros/as o a sí mismos), o se entiende como algo carente de seriedad, banal, absurdo. Pero existe un término medio: un estilo de vida en el que los que lo comparten se comprometen muy seriamente, poniendo en juego incluso sus sentimientos, estructurando sus vidas y sus relaciones, su ocio y sus medios en torno a ese Juego, sabiendo que en todo momento «el peón y el rey van a la misma caja».

      Es algo banal y sin fundamento pretender fijar un tiempo máximo de «exposición» como vara de medir el Abuso. Añadiría que incluso inútil. ¿Dos horas? ¿por qué dos horas?¿Por qué no media? ¿O tres? ¿O una semana?… ¿Acaso no dependerá de cada individuo? La duración de la experiencia no es determinante, siempre que contribuya a la felicidad EFECTIVA de los implicados y siempre sea posible «regresar a la caja» sin más repercusiones.

      El 24/7 no es «Dominación total». El 24/7 es el intercambio ERÓTICO del poder. «ERÓTICO» es la clave. La «dominación total» es esclavismo, despotismo, SOMETIMIENTO. Aunque el BDSM se inspire de forma erótica, lúdica en la imaginería de esos conceptos, no es «dominación total». Y se equivoca al decir que la responsabilidad es de quien ejerce el dominio: la responsabilidad es de TODOS los implicados. Son Seres Humanos ejerciendo unos roles por decisión propia para contribuir de forma EFECTIVA a su felicidad. Y alcanzar la propia felicidad no depende de los demás, depende de nosotros mismos. De hecho, afirmaciones como esa contribuyen a reforzar ese mensaje del «amo todopoderoso» y con él, el discurso que fomenta esa Violencia Estructural de la que ya he hablado en alguna ocasión.

      Sobre lo demás que dice, creo que ya lo he respondido en otro post relacionado.

      Con mis mejores deseos,

      Dragón

  9. Si encontrara el Ama o la pareja de Amos adecuada, me entregaría como esclava. Es mi sentir y mi deseo después de muchos años de vida sadomasokista. Soy masokista y pansexual, y sí que lo erótico, lo sensual, lo sexual forma parte muy importante de la relación, pero además se da la complicidad, la sintonia física, mental, emocional, el sentir que darse una de forma completa es la forma de vivir la propia plenitud. Y cuando digo completa es completa, en mi caso con cambio de sexo incluido. Besos.

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