Cuestión de términos, por isora{Nm}

Hoy quisiera compartir con ustedes un artículo que escribió isora{Nm} y que fué publicado en el número 17 de Cuadernos de BDSM. Se trata de una muy interesante y acertada reflexión acerca de los términos «BDSM-ciber» y «ciberBDSM».

Lo comparto con ustedes por que tiene mucho que ver con una serie de reflexiones que llevo haciendome desde hace bastante tiempo y que poco a poco van tomando cierta forma y que espero tarde o temprano poder darles forma escrita y compartirlas también.

Dragón.

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Cuestión de términos, por isora{Nm}

Hoy me he quedado pensando en el polémico término “BDSM ciber”, y estoy llegando a la conclusión de que es más que posible que mucha de esta polémica tenga su base en el término utilizado más que en el significado que se le quiere dar.

Cuando la gente dice que hace “BDSM ciber” utiliza Internet,  medios virtuales, para compartir sus fantasías con otras personas, hacerlas más intensas, y jugar virtualmente con unas reglas similares a las que tiene el BDSM (cosa que, obviamente, es muy anterior a la existencia del concepto ciber y del mismo ordenador). Evidentemente, con estos juegos, se puede crear una bonita y fuerte relación con la persona con la que estas compartiendo esas fantasías, pues se tiene algo en común con ella y los ratos que se comparten delante del ordenador son agradables y satisfacen.

Para exponer mi razonamiento sobre por qué la polémica puede estar en el término, quiero comparar el “BDSM ciber” con otro término: “ciber sexo” (podría haber sido cualquier otro, como simulador de vuelo, ciber juegos, etc.), pero este puede servir. Cuando alguien hace ciber sexo utiliza, de igual manera, Internet y medios virtuales para compartir fantasías y esto puede serle también agradable y satisfactorio. Con este término si alguien dice “quien practica ciber sexo no practica sexo” nadie se molesta, lo ve obvio. Entonces, ¿por que con “BDSM ciber” no pasa lo mismo y se crea tanta polémica?

Pues porque en este caso se pone de manifiesto que “el orden de los factores altera el producto”. Con “ciber sexo” la palabra “ciber” se encuentra antes, es un sustantivo que hace cambiar el significado de “sexo”, e indica que cuando se habla de “ciber sexo” se está hablando de algo diferente a “sexo”. En cambio, en “BDSM ciber” la palabra “ciber” se está utilizando como adjetivo, dando a entender que de lo que se está hablando es de “BDSM” y que el término “ciber” en este caso sólo tiene una función aclaratoria sobre “BDSM”. Por lo tanto, ¿no sería más correcto que habláramos de “ciber BDSM” en vez de “BDSM ciber”?

El BDSM es algo diferente a cualquier cosa ciber, implica una relación, un tacto, una mirada… Simplemente es una práctica de la vida real, en la que un ordenador no tiene nada que ver. Pero claro, los ordenadores e Internet han pasado a formar parte de nuestras vidas en general y es normal que el BDSM no se quede fuera de las nuevas tecnologías. Es más, es bueno utilizarlas también en lo referente al BDSM: para conseguir información, intercambiar opiniones, conocer gente, etc. Incluso, en los comienzos, el “ciber BDSM” puede ser una buena opción.

Para extenderme un poco más en este aspecto, voy a hacer otra comparación, esta vez con un simulador de vuelo (comparación que ya se ha usado otras veces y que, miren ustedes que casualidad, antes de la palabra con un significado en la vida real “vuelo” hay un sustantivo que hace cambiar su significado). Siguiendo en el mismo camino, utilizar un simulador de vuelo obviamente no es lo mismo que realmente volar, aunque se utilicen unas reglas similares en ambos casos. Por una parte, quien juega con un simulador de vuelo puede pasar momentos muy entretenidos con él y que sea algo muy agradable y satisfactorio usarlo. Quizá esa persona con usar un simulador únicamente, sin pasar a la realidad y volar, sea feliz, y es algo perfecto. Seguramente le encante ver en el ordenador los paisajes que se muestran, se ponga nervioso si algo falla en el avión y se alegre cuando haga un aterrizaje perfecto, pero desde luego es consciente de que no sería igual pilotando realmente un avión. Ni las sensaciones serían las mismas, ni las acciones ni las reacciones que tendría que tener, ni la responsabilidad sería la misma (si se estrella el avión en el simulador, vaya, es una faena, y nada más; si se estrella en realidad tiene bastantes más consecuencias). Eso sí, si decide pasar a la realidad, el simulador puede ayudar, pues puede adquirir conocimientos que luego le serán útiles, el cuadro de mandos del avión le resultará similar y no se encontrará ante algo completamente desconocido. Por lo tanto, ¿cuando se usa un simulador de vuelo se está volando? No. ¿Puede alguien sentirse completo solo con el simulador de vuelo? Sí. ¿Será diferente si decide probar a pilotar en vez de usar únicamente el simulador? Sí.

De igual forma, quien hace únicamente “ciber BDSM” puede ser feliz así, sin querer pasar a hacer BDSM. Haciendo “ciber BDSM” podrá sentir muchas sensaciones, podrá excitarse, podrá pasar un rato agradable y podrá sentirse satisfecho, pero se debe ser consciente de que, de igual forma que quien usa el simulador de vuelo no está volando, quien hace ciber BDSM no está haciendo BDSM: no se están sintiendo las mismas sensaciones, no se están teniendo las mismas reacciones ni se están haciendo las mismas acciones, ni se tiene  la misma responsabilidad (si se va a dar un azote y se desvía o la sumisa se mueve, el daño que se haga puede ser mucho; en el ciber ese tipo de riesgos no existen). Y si únicamente con el “ciber BDSM” la persona es feliz, pues genial. Si decide pasar a la realidad, pues seguramente también esa experiencia ciber ayude (como ayudaba el simulador) a tener conocimientos adquiridos, a que todo no sea desconocido. Haciéndonos las mismas preguntas que en el caso anterior: ¿Quien hace “ciber BDSM” hace BDSM? No. ¿Puede alguien sentirse completo solo con el ciber BDSM? Sí. ¿Será diferente si decide probar a hacer BDSM en vez de usar únicamente el ciber BDSM? Sí.

La conclusión a la que quiero llegar es a hacer una propuesta de empezar a usar el término “ciber BDSM” en vez de “BDSM ciber” en aras de un entendimiento entre todos y de una diferenciación entre aquello que, por mucho que pueda satisfacer, se queda en un mundo virtual, y aquello que realmente se practica y se pasa a la realidad. Nadie que únicamente haga “ciber BDSM” debe creer que está haciendo lo mismo que si pasara a la realidad, que sentirá lo mismo ante el ordenador que estando arrodillada ante su Amo (o teniendo a su sumisa arrodillada ante él). Y sí, me pueden decir que no es sólo cuando se está delante del ordenador, que ellos siguen sintiendo y pensando en esa persona en otros momentos… igual que quien usa el simulador puede pensar en la estrategia de vuelo sin estar delante del ordenador o en que si hubiera pulsado el botón X en vez del Y el avión no se habría estrellado.

De la misma manera, ningún detractor del término “BDSM ciber” debería creer que es algo malo utilizar un ordenador para hacer más fuerte una fantasía, ni creer que no es respetable que alguien quiera no pasar del ordenador a la vida real si eso le hace feliz. El gran problema es confundir los términos y que alguien que sólo ha utilizado un “simulador de BDSM” crea que sabe y hable como si sus conocimientos de BDSM fueran iguales que los de alguien que practica BDSM (¿alguien ve lógico que una persona que sólo ha usado un simulador de vuelo crea que sus conocimientos sobre vuelo son iguales que los de un piloto?).

La idea que quiero transmitir es que, ante todo, ni juzguemos a nadie porque no quiera pasar a real, ni creamos que quedándonos en lo virtual sabemos lo que se siente en real. Ambas opciones son respetables y perfectas si nos hacen felices, pero debemos ser conscientes en cada momento de dónde nos encontramos e intentar no mezclar las cosas, porque lo único que conseguimos con eso es crear polémicas que realmente no ayudan a nada. Usar un término semánticamente más correcto podría ayudar.

isora{Nm}

La autora participa en la comunidad BDSM Canarias http://www.bdsmcanarias.es/

5 comentarios en «Cuestión de términos, por isora{Nm}»

  1. Ya leí este artículo en Cuadernos cuando se publicó, pero me ha gustado mucho refrescarlo. Quedan muy bien explicados todos los matices, y la polémica siempre se genera desde el mismo lado, del quien practica ciberBDSM y piensa que practica BDSM.

    Curiosamente además, la gente que más suele aleccionar no ha salido jamás de detrás de la pantalla, y pretenden decirte lo que es correcto y lo que no lo es.

    Es estupendo que cada uno pueda vivir sus sensaciones como mejor le plazca, en real o ciber, pero sí que es importante que esos matices queden bien definidos.

    Saludos Isora{Nm} y mis respetos a tu Señor.

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