«Mujer, mámasela a tu marido siempre que te lo ordene» – «Cásate y sé sumisa» vs la sumisión D/s

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«Mujer, practicarás felaciones a tu marido siempre que te lo ordene. Pero cuando lo hagas, piensa en Jesús. Recuerda: ¡No eres una pervertida!»

No sé vosotros… a nosotros pensar en Jesús mientras nos dedicamos a estos menesteres nos corta el rollo. No nos parece nada erótico.

Y sobre estos temas, añade el Monseñor Francisco Javier Martínez, Arzobispo de Granada:

«El sexo matrimonial también es obra del Señor, y como tal, siempre se ha regido por las directrices de La Iglesia. Permítanme que les recuerde un antiguo dicho en latín: ‘Sine vomitus fellatio non est’. O como se dice hoy en día: “Si no hay arcada, no es mamada».»

Lo cual me ha dejado en la duda… ¿Está animando a que se hagan gargantas profundas? ¿O lo que anima es a que se hagan churrupaditas superficiales, bajo la base de que si no hay arcada no es mamada y por tanto no cuenta para hipotéticos pecados?.

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Después de echarnos las risas pertinentes ante esta noticia, -no sin cierta pena de pensar que alguien pueda necesitar que este señor le diga que practicar sexo (con tu marido) no te convierte en una pervertida-, no podemos dejar de dar alguna pincelada bedesemera. Que básicamente viene a ser reflexionar la diferencia entre ser sumisa como rol BDSM o serlo según las premisas del libro «Casate y sé sumisa», publicado (que no escrito, el titular de la noticia es un poco aparatoso, las palabras no son del arzobispo sino de Constanza Mitiano) por el arzobispado de Granada.

¿Qué diferencia ese polémico manual para la esposa católica de un manual bdsm? -que probablemente también resultaría polémico ante la opinión pública-. Podría ser tu amo quien exija prestaciones sexuales, y no nos extrañaría leer en ese contexto «sumisa, practicarás felaciones a tu Amo siempre que te lo ordene«. O también podría darse el caso de que en una pareja D/s la persona dominante decidiera qué canales de televisión o qué música puede escuchar la persona sumisa, como le hace al parecer a Constanza su marido.

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LIBERTAD DE ELECCIÓN

La persona que adopta un determinado rol en las relaciones BDSM, lo hace como un ejercicio de libertad de elección: elijo como persona adulta, libre y responsable cómo quiero vivir mi sexualidad, qué tipo de relación deseo establecer y qué condiciones y prácticas van a caracterizar esa relación.

Pero dicen los defensores de «Cásate y sé sumisa» que también la mujer cristiana elije esa sumisión a su marido. «Ahora las mujeres ya no estamos obligadas a ser criadas, pero podemos elegir servir por amor y como respuesta libre a nuestra vocación»

¿Cual es entonces la diferencia? Insisto: la LIBERTAD REAL de ELECCIÓN.  ¿Podemos elegir? ¿seguro? ¿QUÉ podemos elegir? ¿Puedo elegir ser dominante siendo mujer? ¿Puedo elegir ser sumiso de mi esposa si soy hombre? Incluso me planteo… ¿seguro que puedo elegir si quiero una relación de igualdad?

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En el BDSM no hay una asignación de rol en base al género. El hecho de nacer mujer no implica que debas elegir un rol determinado. No hay (en teoría) una pre-elección SEXISTA impuesta por el entorno cultural, social, familiar o por tu grupo religioso. En teoría, claro, porque no llegamos «vírgenes» al BDSM, no somos tablas rasas, y es inevitable que nos influya lo que hemos vivido y aprendido durante toda nuestra vida, de un modo u otro.  Pero no forma parte de la naturaleza de las relaciones BDSM y, de hecho, el BDSM establece un marco de interrelación entre personas que permite y facilita la transgresión…. o no. Ahí está la libertad de cada cual para transgredir o asumir posiciones más o menos costumbristas. Libertad real.

En el modelo de relación defendido en el libro del arzobispado, pese a hablarse de elección personal, la posición de sumisión existe única y exclusivamente para la mujer, nunca para el hombre, para quien se reserva siempre un papel de dominancia. Quiera o no. La ideología en la que se basa «Cásate y sé sumisa» convierte a ambos en esclavos de su género.

Y esta relación de desigualdad basada en el género además se argumenta como la ordenada por Dios en las escrituras, la correcta. Habla de elección, pero una y otra vez establece las «diferencias naturales» entre uno y otra, la necesidad de la mujer de someterse para ser feliz, la innata capacidad del hombre para guiar…  Puedes elegir otra cosa… pero estarás equivocandote e incumpliendo el mandato de tu dios y las expectativas de tu grupo. Lo cual hace que lo de que es «elección personal» quede muy desvahido. No existe realmente la capacidad de  libre elección, sólo puedes elegir hacerlo bien, o equivocarte.

En el BDSM por el contrario es igual de correcto adoptar el rol sumiso que el dominante, seas hombre o mujer. Igual que es también perfectamente correcto no adoptar ni uno ni otro. Es realmente una elección de cada cual, puedes establecer una relación D/s estable, o cesiones ocasionales o parciales de poder para prácticas concretas, o no practicar absolutamente nada relacionado con el BDSM, sin que ningún ser supremo ni autoridad competente establezca que una cosa es mejor o peor que otra para cada cual.

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Otra diferencia (relacionada): el principio de IGUALDAD:

En el BDSM se parte de una percepción de absoluta igualdad entre las personas, que a partir de esa base deciden negociar y establecer una desigualdad a su medida y durante el tiempo que deseen, existiendo siempre en el fondo esa naturaleza de igualdad a la que se puede regresar en el momento que se desee. Por muy profundamente que se sumerjan los participantes de una relación de intercambio de poder en sus respectivos roles, dentro del marco BDSM, siempre existe la posibilidad de parar y volver a ser dos personas IGUALES.

En las relaciones defendidas por «Casate y sé sumisa» hablan de paridad, de dar igual dignidad a papeles diferentes… que está muy bien. Pero la realidad es que se parte de una premisa de destacadísima y sangrante desigualdad, incluida una desigualdad salvaje en esa supuesta dignidad, que se hace explícita con frases tan insultantes como esta: «Dios te ha puesto al lado de tu marido, ese santo que te soporta a pesar de todo» «Pregúntate qué otro podría soportarte (…) pregúntate qué otro podría tolerar algunas de tus gravísimas psicopatologías».

No se puede negociar, no se puede elegir, ni establecer consensos, ni ser libre, cuando uno es una piltrafilla al que el otro, santo de dios, soporta sacrificadamente. No existe paridad, igualdad de dignidad, ni como quieran maquillarlo, si de entrada partimos desde esa perspectiva. Si tienes que ser soportada. Si eres un ser con gravísimas psicopatologías por el simple hecho de nacer mujer. Si te tienes que plantear «o trago con lo que quiera éste, o nadie más me soportará»

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Así que cuando el manual de Constanza sea «cásate y sé sumiso/a de tu esposa/marido… si quieres», entonces hablamos de la sumisión como libre elección.

Mientras, la diferencia entre la sumisión propuesta en ese manual y la sumisión como rol libremente asumido para prácticas BDSM, parece bastante clara.

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lena{DR}

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4 comentarios en ««Mujer, mámasela a tu marido siempre que te lo ordene» – «Cásate y sé sumisa» vs la sumisión D/s»

  1. Pues no sé yo…. la verdad es que llegamos al cielo pero tanto como para pensar en Jesús en esos momentos… ¿eso no es infidelidad? ¿pensar en uno mientras se la mamas a tu marido? 😛

    lena{DR}, no se puede exponer mejor. La sumisión que ellos proponen y la que han utilizado siempre no es para que la mujer crezca como ser humano, no pretende la libre expresión de su sexualidad, ni refuerza su autoestima. En verdad es una artimaña rastrera de manipulación con el único fin de obtener poder. Los roles bien diferenciados, y evidentemente las funciones también. El valor de la mujer no va más allá de la mera procreación, objeto sexual y criada.

    Todas las que somos sumisas sabemos bien que dista mucho de lo que es sumisión en BDSM. Partimos de una igualdad como personas, y el objetivo final es el disfrute y el bienestar de ambos, cada uno en su rol y sobre todo sin abuso de poder. La finalidad del BDSM no es la vejación femenina, ni predicar a los cuatro vientos su «desgraciada inferioridad» . Besos guapa (voy a por una estampita para dejarla al lado del potro)

  2. Muy buen post lena{DR}.

    Antes que nada ( con tono humorístico) decir que si hay un Amo que se llame Jesús, entonces le viene de perlas lo que el librito narra. Y seguro que a esa sumisa no se le corta el rollo.

    Hablando en serio, depués de leer tu exposición dejo caer unas preguntas al aire:

    ¿ Está todo aceptado si viene enmarcado bajo las normas «tradicionales del matrimonio» aunque la sumisa no lo sea por elección?

    ¿No recuerda estos consejos más a una relación Amo-esclavo ( no me refiero al BDSM si no a la cruda realidad de la esclavitud que tantos años existió y existe fuera del mundo del D/s) que ha una relación de igual entre hombre y mujer que deciden o debieran decidir casarse voluntariamente?

    ¿Si puedes casarte voluntariamente, en que momento dejas de poder actuar voluntariamente? ¿Acaso el papel que se firma en la iglesia cuando se acaba la ceremonia es una cesión de poder al marido y la perdida de la voluntad de la casada?

    Parece mentira que en pleno siglo XXI se sigan escribiendo libros como estos, pero peor es que se compren para leerlos y seguirlos a pies juntillas.

    Y digo yo después de leer este post…….¿nosotros somos los raros, los que nos aprovechamos de nuestros roles ( totalmente consensuados) y los que somos tachados por la sociedad de ser unos enfermos y degenerados?

    Se me están ocurriendo unas cuantas ideas a raiz del librito, y tal vez así, a lo mejor dejaríamos de ser bichos raros por lo menos para la Iglesia. Y nosotros buscando sitios diferentes donde sesionar ……y hasta aquí puedo leer (como diría una famosa presentadora de un concurso)

    FENEC

  3. Mi querido Amigo FENEC… Por supuesto que somos los «raros»!! Lo normal es hacer las cosas por que alguien dice que se las dice (o dijo) un «amigo invisible».

    Y ciertamente, si a base de mamadas se gana el cielo… Yo Me se de dos sumisas que se lo ganan a pulso!!

    Ahora… Me parece que ese «latinajo» ( ‘Sine vomitus fellatio non est’ ) lo voy a grabar a fuego en el escudo heráldico de La Casa del Dragón… 🙂

    Gracias a todos por dejar vuestra opinión!!

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